sábado, 31 de marzo de 2018

Y llegó

Tenía que llegar. Como todo en ésta maravillosa vida, a su debido momento, en el preciso instante y de la manera en que tenía que pasar, que es de la mejor manera que podía ser. Siempre. 

Así ha llegado la catarsisLiberándonosPurificándonos. Y la hemos recibido con los brazos abiertos. La estábamos esperando. Por fin. Abrazamos su llegada. Nos reconforta. Nos sentimos en paz y en armonía. 

Hemos vuelto a nuestro equilibrio. Que sensación tan reparadora, tan liberadora. 
Nos extrañábamos. Teníamos tantas ganas de volver a nuestro estado de armonía. De volver a ser nosotros plenamente. A nuestro estado zen. A nuestra vida. A nuestro pleno disfrute. Relajados. Sin opacidades. Transparentes como siempre hemos sido. Translúcidos. La luna no esconde nada, aunque lo calle todo. Siempre brilla.



Agradecidos, con la vida, con el universo y con el destino, que una vez más se confabulan, se alinean, uniéndose para hacer que las cosas se sucedan de la única manera que han de sucederse. Siempre de la mejor manera

Volvemos a ser quienes siempre hemos sido, seres llenos de fuerza, de luz, de energía, de paz, de armonía, fluyendo libremente en equilibrio, como el fuerte e intenso viento que los últimos días ha estado azotando las calles, haciéndose escuchar, incluso sin querer oírlo, dejando huella a su paso. Avanzando. Sin prisa, pero sin pausa. Con paso firme siempre. Con la cabeza bien alta y la conciencia en calma, como un pantano en primavera. Donde el agua circula tranquilamente, despacio, transparente, y puede verse el fondo, pero solo pueden descubrirlo quienes tienen capacidad para percibirlo, en los ojos, en la mirada, en todo su ser. No cualquiera puede apreciar lo que se haya en el fondo, eso está reservado sólo para algunos. Valientes. Y especiales. Y el agua siempre está fresca, agua limpia y fresca. 

Que maravillosa manera de empezar la primavera. 

Florecemos. Como un bello, elegante, delicado y puro cerezo en flor. Somos pureza. Agradecemos éste florecer, recuperar nuestro equilibrio y nuestra magnífica vida en armonía. Vivimos fluyendo disfrutando de todo lo maravilloso que la vida y el universo junto con el destino nos regala día a día. Afortunados, somos muy afortunados. Fortuna y gratitud. Porque la gratitud nos hace más conscientes todavía de nuestra fortuna. Y nos permite darle así el valor que merece cada una de nuestras fortunas, para poder disfrutarlas plenamente. Disfrutando de cada instante. 


Namasté ☺️🙏🏻

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