miércoles, 7 de marzo de 2018

Conocemos el parque de Francesc Macià

Buenérrimos días!! 

Mi Cachorrito y mami hemos retomado nuestras buenas costumbres de descubrir y conocer lugares nuevos y geniales! En ésta ocasión, se trataba de un parque muy peculiar, el cual hacía mucho pero que mucho tiempo que teníamos en nuestra lista de ‘pendientes’. Demasiado ya. Así que hacia allí nos dirigimos dejándonos guiar por el deslumbrante solazo que hizo su aparición estelar tras tantos días de ausencia. 

Amaneció un día espléndido, de no haber sido por el fortísimo viento que se levantaba de pronto con continuidad, habría hecho un día fabuloso, los grados subieron como la espuma, sobretodo teniendo en cuenta las bajas temperaturas de los últimos días. El sol salió con ganas, casi con tantas energías como las que teníamos mi amorcito y mami renovadas ☀️. Por lo que ya empezamos disfrutando del camino, con bi-vistas, montaña a un lado y el mar al otro, mientras los rayos de sol acariciaban nuestra piel a través de las ventanillas bajo el cielo azul. Qué maravilla!

Es así como este finde hemos conocido  -por fin!-  el Parque de Francesc Macià, situado en el bonito pueblecito de Magrat de Mar. Dicho parque es tan peculiar porque a parte de ser muy bonito y estar bastante adaptado y preparado para peques de diferentes edades, así como para poder acceder cómodamente a él  -con cochecitos, triciclos, patinetes, bicis..-, ademas es muy original y muy “de cuento”, ya que está formado por diversas figuras gigantes totalmente integradas en el mismo parque. Emergiendo de la madre Tierra dando al lugar ese toque tan especial, lleno de color y diversión.


Es realmente bonito. La entrada en forma de castillo, con sus altas puntiagudas torretas y forjados ventanales ya anuncia que lo que nos espera dentro nos va a gustar. Y así es. 


Diferentes caminos ya trazados en tierra  -aunque se puede ir por donde se quiera-, nos conducen a las diferentes figuras, a cual más bonita. Desde una casita seta  -encontramos la casa del Barrufet!!!! Que venía con nosotros claro! 🍄-, a una zapatilla-casita monísima, gigantescas flores de colores repartidas, donde nos subíamos a sus tallos, sentados y abrazados, un sacapuntas enorme, gomas de borrar Milan  -las de toda la vida, que todos teníamos y gastábamos en periodo escolar 📚 -, inmensos lápices de colores ✏️ que utilizamos como aviones en la punta y como toboganes en el resto del cuerpo! Pasando por cubos de éstos de madera que todo pequeñín que se precie tiene, con letras y números de colores en cada una de sus caras, donde nos subimos y bajamos e incluso, nos colgamos! Si es que mi amor eres un monito chiquitito 🙈! Hasta llegar a lo más dulce del lugar, después de ti claro está! Magdalenas XXLtarta de chocolate con guinda incluida que casi probamos, un croissant donde nos sentamos en los cuernitos, un flan que mi Cachorrito decía que era una vela  -la vela que le faltaba a la tarta, que todo hay que decirlo. Por más que la buscábamos pobrecito mío, a ése pedacito de tarta le faltaba su vela!!!!-, y un Donut bañado de chocolate que tenía una pinta que daban ganas hasta de hincarle el diente, donde nos metimos dentro, en el agujero! 

Encontramos la casita del Barrufet!!







Pero la reina de la corona es sin lugar a dudas, la casita de chocolate. Una casita enorme que preside el parque. Una casita de dulces. Sus paredes de chocolate  -unas del blanco y las otras con leche-, peladillas y nubes de colores componen el marco de la puerta, donde picamos una y otra vez “Po pom! Po pom!” Pero nadie abría. Mi amor decía que dentro estaba el polo!!!!! Jajajaja 🍦😋, claro tanto ver dulces y ni un heladito, tú sí que eres mi polo y entero te como!!!!! Ésta casita es una autentica delicia!! El techo de chocolate derretido cayendo el caramelo, con virutas de colores, guindas y trocitos de frutas, las esquinas de la casa a cuatro vientos estaban compuestos por bastones de navidad, estos tan bonitísimos típicos navideños y que tantísimo pudimos ver en nuestras navidades de cuento que vivimos en Carcassonne ☺️. 

Mi amorcito picando a la puerta de la bonitísima casita de dulces,
si es que te como enterito mi cachorrito!!!!

En una palabra: chulísimo! Nos lo pasamos en grande subiéndonos a todo, correteando por allí, de un lugar a otro, haciendo el indio que tanto nos gusta, mi Cachorrito alucinaba con cada cosa que veía y nos encontrábamos, no sabíamos hacia donde ir primero. Es muy bonito y emocionante ver y vivir ésa emoción, ésa ilusión que contagia a la velocidad de la luz . Se vuelve a ser niño otra vez. Y de manera mejorada, con ellos de la mano. Se veían algunos padres súper atentos con sus pequeños  -otros menos, esto es como en todo-, y es maravilloso tanto sentirlo una misma y disfrutarlo, como ver que a otros también les ocurre, cuanto más cuando les ves a ellos implicados y con tanto gusto. Algunos se reían cuando nos cruzábamos con ellos ☺️. La vie est belle!

Asimismo, el parque cuenta con una continuación después de tal despliegue de diversión a todo color, donde en un arenal enorme encontramos un parque bastante amplio de tirolinas, juegos de equilibrios, redes, toboganes, columpios, etc. Al cual en esta ocasión no accedimos, debido a que el viento empezó a pegar fuerte y todo volaba por los aires, literalmente. Por lo que nos queda pendiente para la próxima ocasión que será en breve, en cuantito asome el buen tiempecito, porque lo hemos pasado genial y nos ha gustado mucho! 

Además, dentro, en el mismo parque hay un restaurante, llamado la Torreta, es una brasería-pizzería y pinta de maravilla! Nos quedamos sin comer mis tan anhelados  -y ya antojados porque ya ha alcanzando ese hito-, calçots!!!! Estaba repleto! Y había espera de más de dos horas. Por lo que decidimos dejarlo para nuestra próxima visita. Muy a tener en cuenta! Otro motivo y de peso para volver pronto 😉.

Para los que prefieren llevarse el bocadillo o la tartera de casa  -que me encanta también! No me puede gustar más, tengo unas ganas locas de preparar un picnic rico por ahí por la montaña, o por alguna playita en cuanto llegue el buen tiempo!-, hay una zona pequeña pero generosa habilitada con grandes mesas de picnic a la sombra, pensadas para ello. De igual modo por todo el parque se encuentran bancos de madera donde poder sentarse o dejar los “trastos” mientras se toman algunas fotos en familia. Ya se sabe, con niños siempre se lleva de todo 😂!

La ubicación del parque es muy buena, cerca de un polígono lleno de naves y con un amplio y agradablísimo paseo que bajo el sol es de lo más reconfortante. Para caminar, ir en bici o patinar. Como cuando llegamos mi caramelito se había quedado dormidito, aprovechamos y dimos un paseíto de lo más fantástico al calorcito del lorenzo. Ideal! 

Por si fuera poco, todo ese paseo es zona permitida de aparcamiento  -y gratuito!-, lo que sí es cierto es que estaba lleno hasta los topes, claro, todos los coches íbamos con peques y buscando sitio para aparcar! Jaja. Pero entre el paseo y el polígono que queda tan cerca, sin problemas para dejar el vehículo. Cosa que también se agradece y mucho cuando vamos con los reyes de la casa. 


Hemos de decir, que junto con nuestro parque preferido de Sant Cugat, lleno de enormes toboganes donde nos tiramos juntitos mi Cachito&Mami, mini rocódromos para escalar y hasta un barco pirata  -hablaremos de él en otro post-, el Parque de Francesc Macià va directo a nuestra lista de parques🔝!!!! Por original, divertido, peculiar y servicios que ofrece. Chapó! 


Encantados con nuestro último descubrimiento y deseandito seguir conociendo un montón de lugares geniales juntitos, Cachito&Mami..*



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