jueves, 12 de marzo de 2015

Encantadores descubrimientos..

¡¡Tan adorados los jueves!! Es mi día favorito, sin duda. Ya estamos finalizando la semana y casi dando la bienvenida al esperado fin de semana. Además con el buen tiempo que está haciendo últimamente es una ¡auténtica gozada!

Aprovechando que los días son cada vez más largos  -hasta hace poco a las seis de la tarde ya era completamente de noche-, y el calorcito que tanto nos gusta  -es un hecho, adoramos el buen tiempo. Y es que, otra realidad y de las buenas es que a los españoles nos gusta más una terraza que a un niño un caramelo, todo sea dicho, y nunca mejor ejemplo-, invita a salir, pasear y disfrutar de espacios al aire libre a oxigenarnos, lo cual siempre es gratificante.

Me atrevería a decir  -incluso afirmar-, que cambia el ánimo por completo, sí. Y es que necesitamos tanto las vitaminas que nos ofrece nuestro querido astro rey, ¡que todo son beneficios!

Bueno, a lo que vengo, hoy traigo un descubrimiento de los que me gustan a mi, increíblemente encantador  -cómo me encantan este tipo de descubrimientos que te dejan fascinada y te hacen sentir tan especial-.

Ayer quedé con un buen amigo al que hacía tiempo que no veía  -ya se sabe, entre los horarios de trabajo y el ajetreo al que estamos constantemente sometidos, dificulta el poder organizarse, aunque todo es ponerse-. Teníamos pendiente el vernos precisamente en el lugar escogido, pues además él es un auténtico fenómeno, conoce esos rincones mágicos y súper exclusivos que esconde la ciudad, además de que viaja mucho y también es gran conocedor de esos lugares especiales que toda ciudad aguarda para ser descubiertos. Es un auténtico hedonista además de un profesional muy bien preparado,  -desde aquí aprovecho la ocasión para mandarte un saludo, sí, ese eres tú Jose Mari, te mando un fuerte abrazo y por supuesto una y mil gracias por tenerte como amigo, que siempre es un placer y un honor, y por descubrirme siempre lugares tan únicos y que sabes que tanto me gustan. ¡Qué bien me conoces!-

Lo dicho, ayer por fin pudimos fusionar y coordinar ese maravilloso concepto de espacio-tiempo para poder vernos un ratito y disfrutar de nuestras agradables y distendidas charlas  -con lo que me gusta a mi hablar!-. El lugar elegido no podía ser más idóneo, él sabía bien que me iba a encantar y por descontado, acertó de lleno.

Es una cafetería-restaurante, boutique-galería-florístería todoenuno superdivinodelavida, situado en un enclave óptimo de nuestra preciosa ciudad, Barcelona, concretamente en la calle Pau Claris, nº 167. El mágico y encantador lugar se llama Jaime Beriestain. Es sencillamente un lugar exclusivo, lleno de encanto se mire por dónde se mire, cuidado al máximo detalle y decorado con un gusto exquisito. Tan exquisito como todos y cada uno de sus dulces  -los hubiese probado todos, ¡qué peligro para mi!-.
Además era un día especial, ya que no había querido darle la gran noticia por teléfono ni vía e-mail, aunque alguna pista le había ido dejando caer durante estos últimos meses en los correos que vamos intercambiando para mantenernos mínimamente al día. De modo que el lugar se tornaba más que idóneo para compartir con él la buena nueva de mi feliz embarazo.

Nada más llegar, te adentras en un mundo nuevo, una decoración realmente exquisita y llena de detalles perfectamente pensados y estudiados componen el interior del restaurante-cafetería. Preciosos sillones  -cada uno de su madre y de su padre, con lo que me apasiona eso!- hacen a su vez de sillas alrededor de las diferentes mesas que ocupan los dos primeros salones. Mesitas más pequeñitas e individuales a la entrada  -elegimos justo la que queda en el rinconcito que da junto a la cristalera con vistas a la calle Pau Claris, ¡ideal!-, y aunque el local estaba bastante transitado  -por eso no tuve ocasión de hacer fotografías, prometo que volveré ¡y pronto!, así que os las colgaré porque no tiene desperdicio alguno el lugar-. Adentrándose en el acogedor y cálido local, encontramos mesas más grandes con amplios sillones para compartir o individuales rodeando las grandes mesas perfectamente vestidas para degustar cualquiera de sus platos, siempre con elegancia y un buen gusto difícil de explicar, hay que verlo para sentirlo. 

Tomamos asiento y degustamos   -como no-  unos dulces, yo opté por un pedazo de tarta de chocolate con caramelo ex-qui-si-ta, y me quedo corta. La textura del bizcocho era sublime, en su punto perfecto, la cobertura superior de chocolate tenía un sabor que te embriagaba el paladar, con unos contrastes de pequeños trocitos salados que hacían las delícias de todos los sentidos en la boca, y para rematar dos capas de caramelo que hacían del conjunto una verdadera incitación a degustar todo lo que tenían en el lugar, por que aquello estaba ¡de vicio! Puro pecado. Y a mi esos pecados  -y si son de chocolate, más todavía-  ¡me encantan!

Tras degustar nuestros dulces y charlar distendidamente durante algo más de una hora, no podía sino dejarme guiar por ese profesional y su amplia experiencia, así que nos dirigimos a seguir descubriendo todo lo que escondía aquel maravilloso lugar. 

El local está iluminado por unas preciosas y enormes lámparas que le dan al lugar todavía más encanto, siempre con tonos suaves y rodeados de plantas naturales que terminan de hacer las delicias de los comensales. 

Adentrándonos más en el mágico lugar, al fondo de los dos primeros salones, encontramos un escaparate con flores frescas, se huelen antes de llegar y es una ¡auténtica maravilla! Ese olor te transporta a otro mundo, te abre a un mundo las sensaciones y despierta los sentidos. 
Seguidamente nos encontramos con otro amplio salón diferenciado en dos, dónde hay otros tantos tipos de sillones y butacas  -a cuál más preciosa, todo sea dicho-  que además, ojo al dato,  ¡se venden! Sí, sí, se puede comprar todo el mobiliario que compone ese amplio salón, desde elegantes y comodísimas butacas, a sillones, cómodas, lámparas, etc. Es una auténtica pasada, os lo aseguro. Muebles con inspiración de antaño, escritorios preciosos que a su vez hacen de mueble decorativo con esos toques tan al más puro estilo francés, lámparas y detalles originales y únicos  -yo me encandilé de más de una butaca, entre otros, ya os lo digo-.

Para finalizar, encaminamos pasado el gran salón dónde se puede leer tranquilamente o tomar algo mientras se charla agradable y relajadamente oliendo a flores y con música de fondo, y encaramos una zona dónde el local se transforma en boutique, repleta de accesorios, de decoración, de complementos para el hogar, para la cocina, el baño, el salón, desde rústico a moderno, para niños, para no tan niños, para mascotas, un sin fin de cosas maravillosas para nuestro hogar y nuestras vidas. ¡Me encantó!
Para finalizar pasamos a la zona de librería dónde se pueden encontrar muchísimos tomos y ediciones, sin lugar a dudas, bien merece la pena una visita sin prisa para no perder detalle y es que yo, ¡me pasaría horas y horas allí sumergida! 

En fin, quedé encantada y completamente encandilada de este encantador lugar, no sabría definir muy bien todo lo que me transmitió y hacía dónde me transportó cada una de sus estancias, delicadamente cuidadas y pensadas para deleitar a todo el que tenga el privilegio de pasar por su maravilloso local.

Sin lugar a dudas ya estoy pensando en cuándo volveré, y es que necesito ir tranquilamente, no sólo a seguir degustando sus delicias sino también a deleitarme sin prisa  -pero sin pausa-, de todos los increíbles complementos que ofrece la tienda, embriagada por ese olor a flores frescas tan maravilloso que envuelve el lugar. Seguro que compraré porque estaba repleto de cosas preciosas, originales y únicas. 

Además, ojo al dato, abren los domingos hasta las 19 horas!! ¿Qué más se puede pedir? Creo que ya sé dónde iré más de una tarde de domingo a disfrutarlo como una niña.. Me verán mucho por allí.

Ya no me enrollo más que tengo cuerda para rato. Os dejo con una ilustración gráfica  -aunque no de mucha calidad, ¡lo siento!-, del pedacito de tarta de chocolate y caramelo tan deliciosa que tomé. Todavía salivo incesantemente recordándola.

Y como no, os recomiendo el lugar sin lugar a dudas, pues bien merece la pena conocerlo y dejarse llevar por todo lo que transmite y ofrece. Es simplemente una auténtica maravilla.


Completamente unidos, Cachito&Mami..*

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